Declaración contra los libros de autoayuda

Autoayuda, autoerotismo, autoabastecimiento, autosatisfacción... Fórmulas "auto" propias de una cultura que pretende imponer un ideal de autosufucuencia a los sujetos dejándolos inevitablemente condenados a la soledad, que pretende excluir a los otros e interpreta los vínculos, ya sean de colaboración, de ayuda, de amistad o de amor, como un signo de vergonzosa debilidad.


Un psicólogo, vivo, aporta presencia, escucha, dedicación, gestos y palabras a un sujeto en particular.
El libro de autoayuda es fijo, muerto y para todos igual.


El psicólogo escucha. El libro de autoayuda pretende ser escuchado con sus soluciones "ready-made".
Un sujeto que tiene un problema abriga un sufrimiento irrepetible, absolutamente singular. El libro de autoayuda no lo acogerá jamás.

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